viernes, 18 de diciembre de 2009

Comprender es temblar


Desconfío de los compendios, de cualquier clase de paseo por el tiempo, de cualquier pretensión enfática de que uno controla lo que está narrando; aquel que afirma comprender y se queda tan tranquilo, aquel que afirma escribir con una emoción amparada en recuerdos serenos, es un tonto y un embustero. Comprender es temblar. Recordar es revivir y quedar desgarrado. [..] Admiro la autoridad de quien encara los hechos postrado de rodillas.
HAROLD BRODKEY, Manipulations

domingo, 22 de noviembre de 2009

Días para el diablo


Todas las organizaciones serias detestan los tiempos muertos. En la antigua mili la obsesión de los mandos era evitar los tiempos muertos del soldado, en los que pudiera caer en la funesta manía de pensar. En los colegios de curas los tiempos muertos eran agujeros por los que entraba el diablo para tentar la lascivia febril del adolescente. En una empresa lo más importante es estar haciendo siempre algo, aunque sea en dirección equivocada. Se dice que los tiempos muertos son buenos para la literatura, pero de eso nada: un escritor que cae en la indolencia puede quedarse hundido en ella durante años, o para siempre. En la política los tiempos muertos surgen tras las elecciones, cuando unos están, pero no son, y otros son, pero no están. Contrariando la sabia receta de Santa Teresa (en tiempo de tribulación no hacer mudanza) son tiempos a la vez de tribulación y de mudanza.
DE SILVA, P
.:La nueva España, 29-III-2004.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Piedras o diamantes



"La universidad es un lugar donde se pulen las piedras y se empañan los diamantes".

Robert G. Ingersoll

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La piel del alma


"Del mismo modo que los huesos, la carne, los intestinos y los vasos sanguíneos están encerrados dentro de una piel que hace que la vista de un hombre sea soportable, las agitaciones y pasiones del alma están envueltas en la vanidad, que es la piel del alma".

El día que Nietzshe lloró. Irvin D. Yalom

sábado, 31 de octubre de 2009

El hombre que espantaba elefantes.


Habla la historia de un hombre que daba una palmada cada diez segundos. Uno le pregunta por el motivo de tan extraño proceder. El hombre responde:
"Para espantar los elefantes".

"¿Elefantes? Pero si aquí no hay ninguno".

Replica: "Y pues, ¿ve usted?".


La moraleja de la historia es que rechazar o eludir una situación peligrosa de buenas a primeras parece ser la solución más razonable, pero, por otra parte, también garantiza la permanencia del problema.


Fotografía: R.S.L. realizada en su viaje a Laos.

sábado, 24 de octubre de 2009

Silencios



"A veces hay palabras que son pronunciadas para recordar los silencios que esconden..."

jueves, 22 de octubre de 2009

Semilla con alas.


"Llega a ser quien eres".

lunes, 19 de octubre de 2009

Cadenas


Hay quienes no pueden aflojar sus propias cadenas
y sin embargo pueden liberar a sus amigos.

Debes estar preparado para arder en tu propio fuego:
¿cómo podrías renacer sin haberte convertido en cenizas?.


Friedrich Nietzsche.
Así habló Zaratustra.

sábado, 3 de octubre de 2009

Verlo.


No quería creerlo pero era cierto...
Había nacido en una familia donde el cariño y el respeto se compraban con dinero...

Y ella, ahora, no lo tenía. Dinero.

Se estaba desprendiendo de él, de ellos...

No imaginó que doliera tanto.
Ser consciente. Sufrirlo. Verlo.

martes, 15 de septiembre de 2009

Castillos en el aire.


"Los poetas levantan castillos en el aire,
los locos los habitan y alguien,
en la vida real,
cobra el alquiler".

La encantadora de Florencia.
Salman Rushdie.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Palabras para ...

... Volvoreta,



...para NADA, te sirve una vida varada...
hoy te toca romper la baraja,
porque anclada no subes, ni bajas...
para ser,
para estar,
para echar a volar...

lunes, 7 de septiembre de 2009

Vivir



Cosas que hacer antes de morir:
vivir.

martes, 1 de septiembre de 2009

Palabras para...

Fotografía: Ñoco Le Bolo.


Ramón,
El mundo laboral es un puente. Crúzalo pero no construyas una casa sobre él.

(Clicka encima de la foto)

martes, 25 de agosto de 2009

Palabras que pisan


Debía tener dos años. El tambor que aporreaba hacía más bulto que él. Estaba en lo alto de la cuesta que yo estaba subiendo. Por el camino me había cruzado con su hermano mayor que tendría unos cinco años y también aporreaba un tambor. Le seguía el padre de las criaturas que bajaba la cuesta con paso cadencioso y unos metros más allá la mamá de los dos "tamborileros". No había llegado yo a la altura del papá cuando veo como éste se para y dirigiéndose a su señora, parada unos cinco metros más "arriba", le dice en tono cariñoso:
- No te pares, si te paras, él también se para - refiriéndose al más pequeño de sus hijos, parado en lo alto de la cuesta.

Su compañera de vida, la "madre de sus hijos", el referente futuro de sus retoños retira la mirada del "pequeño tamborilero", la clava en "su marido" y le contesta toda airada:

- No me da la gana que se quede sólo. Vale?.


"Vale", debieron pensar él y su educación, porque optando por un comedido silencio siguió bajando la cuesta, que yo subía, prestando especial atención a su hijo mayor, no fuera a cruzar la calle un poco más abajo.
"No vale", pensaron su autoestima, sus sueños, sus años de convivencia, su porvenir y el dolor que latía en sus pupilas.
"No vale", gritaba su cuerpo curvado, su mirada ausente,
y su mandíbula apretada.

NO, "no vale", pensamos yo y mi educación. NO VALE.

Un "No me gusta que se quede sólo, Carlos (o como se llamara el papá)" o un "Es muy pequeño, aún no estoy preparada para perderle de vista. En cuanto pase delante mío seguiré andando" en tono preocupado (que no airado) hubiera estado mucho mejor.


Hay palabras que pisan,

hay pisadas que echan raíces y dejan huellas... en el alma.


Yo me pregunto:

¿A esto se refieren cuando dicen que "la confianza da asco"?.

¿De eso se trata? ¿De "pisar" o "ser pisado"?.

lunes, 17 de agosto de 2009

Bienvenidos.


Palabras prestadas...
"La complicidad que deseo tejer con ustedes, los habitantes del otro lado de la palabra, es una complicidad crítica, de mutua inspiración. Aviso de que tengo mis reglas: no creo en los pensamientos dogmáticos, me rebelo contra las respuestas prefabricadas, odio los prejuicios, no me asustan los poderes terrenales, y los divinos no me hablan. Soy a todos los efectos, una militante de la duda, una constructora de interrogantes, y no aspiro a convencer con mis respuestas. Sólo aspiro a motivar preguntas. Radicales, incómodas, abruptas, quizás indomables preguntas. Pero, ¿no es eso la libertad?".

Bienvenidos a este nuevo espacio donde la palabra será bálsamo o corrosivo, estilete o cicatriz, leída o escrita, siempre escuchada y en ocasiones prestada...