sábado, 31 de octubre de 2009

El hombre que espantaba elefantes.


Habla la historia de un hombre que daba una palmada cada diez segundos. Uno le pregunta por el motivo de tan extraño proceder. El hombre responde:
"Para espantar los elefantes".

"¿Elefantes? Pero si aquí no hay ninguno".

Replica: "Y pues, ¿ve usted?".


La moraleja de la historia es que rechazar o eludir una situación peligrosa de buenas a primeras parece ser la solución más razonable, pero, por otra parte, también garantiza la permanencia del problema.


Fotografía: R.S.L. realizada en su viaje a Laos.

3 comentarios:

  1. Muy cierto, Ana.
    Un beso, que tengas muy buen finde! :)

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  2. Hay que tener dos cojones para escribir eso.
    O estar bien jodido.
    Un saludo desde aqui y ole tus guevos, men.
    (perdon por el vocabulario)

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